Help Feed 800 Venezuelan School Age Children

2022 ends and with it another year of our work nurturing the most vulnerable children in their school so that they do not leave their classrooms due to lack of food.

And it is that learning cannot be effective if malnutrition affects the children's organism, and more so at an age of vital importance for their development such as preschool age. With malnutrition comes a lack of energy and with it a lack of joy.

And it is that, as the great psychologist Albert Bandura said, learning is social, children also learn by interacting with each other, imitating... Socializing... But without energy and without joy this learning is truncated

Christmas is a very special time for children, because of Santa Claus, the gifts, the birth of the baby Jesus, the end of the year; but also because it is shared with the family, moments in which food becomes the center of family integration: panettone, Christmas dinner, toasts.

In Venezuela, the traditional Christmas food is the "hallaca" (stew of beef, pork and chicken wrapped with olives, capers and raisins in a corn dough wrapped in banana or roasted banana leaves, all parboiled), “pan de jamón” which is ham bread (bread stuffed with ham, raisins and green olives stuffed with red pepper or paprika) and the “pernil” which is roast leg (rear end of the pork marinated and baked over low heat).

But this traditional meal is not possible today in most Venezuelan homes, because it is a very expensive tradition, especially in the hard times that the country is experiencing due to its political-economic crisis that has led to a true humanitarian crisis that nothing got better in the face of the pandemic.

Many Venezuelan homes have been missing their tradition for years. The price of a loaf of ham is around USD 10,00 in a country where the official monthly minimum wage is USD 7,00 (and falling every day due to hyperinflation), not to mention what it would take to prepare “hallacas” or “pernil”.

But the program not only fed the children benefiting from our program throughout the year, but also managed to provide that special Christmas meal that will surely be missing in many of these homes.

Because happiness is also being able to share, not only with the family, but also among classmates and teachers, and maintaining those rich flavors and traditions that make us what we are, is part of the education that forms us, is that what From this mission that we assumed since 2017, we continue to provide... that all these children continue to learn and develop healthy and happy, in constant interaction with their peers in an appropriate climate for learning and within their customs and traditions, despite any crisis.

As the teacher Isabel, a woman educator in the area where we operate and founder of schools and soup kitchens, as well as being our main inspiration, used to say:

         “Full belly: happy heart… and open brain”

Because you cannot think of providing a quality education while the children are hungry. And that is the reason for our program.

Benefactors, managers, teachers, cooks, volunteers: "Thank you for making it possible"! May we all have a happy new year 2023!

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Traducción:

Finaliza 2022 y con él un año más de nuestra labor nutriendo los niños más vulnerables en su escuela para que no abandonen sus aulas por falta de comida.

Y es que el aprendizaje no puede ser efectivo si la desnutrición llega a afectar el organismo de los niños, y más en una edad de vital importancia para su desarrollo como la edad preescolar. Con la desnutrición llega la falta de energía y con ésta la falta de alegría.

Y es que, como decía el gran psicólogo Albert Bandura, el aprendizaje es social, los niños aprenden también interactuando unos con otros, imitando... Socializando... Pero sin energía y sin alegría este aprendizaje se ve truncado

La navidad es una época muy especial para los niños, por Santa Claus, los regalos, el nacimiento del niño Jesús, el fin de año; pero también porque se comparte en familia, momentos en qué la comida se vuelve el centro de integración familiar: el panettone, la cena navideña, los brindis.

En Venezuela la comida de tradición navideña es la “hallaca” (guiso de res, cerdo y pollo envuelto con aceitunas, alcaparras y uvas pasas dentro de una masa de maíz envuelto en hojas de cambur o plátano asadas todo sancochado), el pan de jamón (pan relleno de jamón, uvas pasas y aceitunas verdes rellenas con pimiento o pimentón rojo) y el pernil asado (extremidad trasera del cerdo adobada y horneada a fuego lento).

Una tradición muy costosa por demás, especialmente en los duros mementos que vive el país debido a su crisis político económica que lo han llevado a una verdadera crisis humanitaria que nada mejoró ante la pandemia.

Muchos hogares venezolanos llevan años perdiéndose su tradición. El precio de un pan de jamón ronda los $10 en un país cuyo salario mínimo mensual oficial es de $7 (y bajando cada día debido a la hiperinflación), sin mencionar lo que implicaría preparar hallacas o pernil.

Pero el programa no sólo proporcionó alimentación a los niños beneficiarios de nuestro programa durante todo el año, sino que además logró brindar esa comida especial navideña que seguramente faltará en muchos de estos hogares.

Porque la felicidad está también en poder compartir, no solo en familia, también entre compañeros de clase y maestras, y mantener esos ricos sabores y tradiciones que nos hacen ser lo que somos, es parte de la educación que nos forma, es que lo que desde esta misión que asumimos desde 2017 seguimos brindando… que todos estos niños sigan aprendiendo y desarrollándose sanos y felices, en constante interacción con sus semejantes en un clima apropiado para el aprendizaje y dentro de sus costumbres y tradiciones, a pesar de cualquier crisis.

Como decía la maestra Isabel, mujer educadora de la zona donde operamos y fundadora de escuelas y comedores, además de ser nuestra principal inspiración:

               “Barriga llena: corazón contento… y cerebro abierto”

Porque no se puede pensar en brindar una educación de calidad, mientras los niños tengan hambre.Y esa es la razón de nuestro programa.

Benefactores, directivos, maestros, cocineros, voluntarios: “¡Gracias por hacerlo posible”! ¡Que todos tengamos un venturoso año nuevo 2023!